Fue el "letargo" de las tomateras lo que impulsó el crecimiento de mis guindillas. Utilizo este término, pero más bien diría que fue su estado zombi (mis tomates no estaban ni vivos ni muertos) lo que despertó e impulsó el crecimiento de las plantas de guindilla. De hecho, durante casi 4 meses mis plantas de chile habían permanecido en estado vegetal. No crecían, pero "observaban" suavemente el crecimiento de las tomateras.
Practiqué la regla de las plantas amigas. No todo el mundo las reconoce como amigas, pero me basé en la experiencia de 3 grandes jardineros. Hice la prueba. Me gusta probar. Lo he comprobado. Experimenté la amistad entre estas plantas y lo comprendí.
Mi error fue pensar que podían ser amigos. Cuando los tomates empezaron a decaer, los chiles se animaron y empezaron a crecer bien. De hecho, me he dado cuenta de que mis plantas de guindillas están pariendo varias guindillas pequeñas, algunas de las cuales se sonrojan. Se sonrojan de felicidad porque la desgracia de algunos tomates les ha hecho felices. Otra tomatera ha vuelto a la vida, así que vamos a verlas crecer y a ver si siguen sonrojándose de placer.
